Terapia con perros: 3 Beneficios para nuestra salud

Por terapia con animales nos referimos a aquellas intervenciones que se aplican para apoyar terapias convencionales en pacientes con determinadas patologías y problemas físicos o mentales. En la terapia con animales se utilizan perros, gatos, hamsters, caballos, cerdos, conejos etc., pero el animal más utilizado es sin duda el perro. La terapia asistida con perros se usa a menudo para reducir los síntomas causados ​​por la ansiedad o el estrés. Pero también en personas que tienen trastornos del comportamiento o que se están recuperando de intervenciones difíciles.

¿Qué es la terapia con perros?

Las terapias con perros son terapias que se combinan con terapias tradicionales donde los perros interactúan durante las intervenciones terapéuticas y brindan al paciente tranquilidad, comodidad y apoyo tanto físico como emocional. La  terapia con perros se puede utilizar, por ejemplo, en pacientes que padecen trastornos postraumáticos, discapacidades, depresión severa, ansiedad, trastornos alimentarios o autismo, y se basan en el vínculo humano-animal.

De acuerdo con este principio, de hecho, cuanto más fuerte sea el vínculo hombre-animal, más resultados positivos dará la terapia. De hecho, la relación con el animal puede ayudar mucho al paciente, porque le permite desarrollar y aumentar la responsabilidad, la confianza en sí mismo, mejorar la autoestima y fomentar las interacciones sociales. La canino terapia es por tanto una práctica que se puede organizar en grupo o individualmente, donde el perro ayuda al sujeto a mejorar sus funciones físicas, emocionales, sensoriales, etc.

Beneficios de la terapia con perros

Como decíamos anteriormente, la canino terapia no es un tratamiento real sino un método que se aplica para apoyar la terapia convencional y sus beneficios son diversos. La historia de la terapia canina tiene orígenes muy antiguos. Basta con decir que los beneficios de la canino terapia se han visto desde los tiempos de la antigua Grecia, donde los perros se utilizaban para ayudar a curar a los pacientes que habían sufrido traumas físicos y emocionales.

En el siglo XIX, en Inglaterra, en los hospitales psiquiátricos, los pacientes interactuaban con los animales. A principios del siglo XX, la terapia con perros se introdujo en los Estados Unidos de América para ayudar a los veteranos de guerra a resolver problemas postraumáticos. Sin embargo, no fue hasta la década de 1960 cuando se inició una investigación seria sobre esta técnica. El mismo psicoanalista Sigmund Freud observó que los pacientes eran mucho más expresivos cuando sus perros también asistían a las sesiones.

La presencia de perros terapéuticos puede tener varias ventajas para el paciente. Entre los beneficios, solo por nombrar algunos, recordamos por ejemplo: una disminución de la presión arterial y la producción de cortisol, la reducción del dolor debido al aumento de endorfinas y la mejora del sistema inmunológico.

Además, la terapia con perros se utiliza a menudo para ayudar a niños y adultos que padecen autismo, personas que padecen epilepsia, parálisis cerebral, trastorno de estrés postraumático (TEPT), síndrome de down, depresión y ansiedad. Muchas personas con problemas físicos y emocionales encuentran apoyo y consuelo jugando con animales. Además, la terapia con perros ayuda a mejorar el estado de ánimo y favorece la relajación. Finalmente, algunos estudios han demostrado que mirar fijamente a los ojos del perro puede promover un aumento de la dopamina y otros neuroquímicos en el cuerpo, conocidos como antidepresivos.

Como ya hemos dicho, la terapia con animales, y en particular los perros de terapia, ayudan a los pacientes a resolver y gestionar problemas de salud física o mental. En particular, gracias a la terapia con perros es posible:

1. Ayudar a manejar las emociones de una manera saludable

Quienes sufren un trauma o un problema emocional tienen dificultades para manejar sus emociones. Los perros de terapia pueden ayudar a las personas a evitar crisis emocionales y mantener la mente ocupada. Además, varios estudios han demostrado que la presencia de una mascota, como un perro, ayuda a las personas a controlar la ansiedad, regular los cambios de humor y controlar las emociones a diario. En particular, un artículo publicado en el Journal of Personality and Social Psychology señala que los dueños de mascotas tienen varios beneficios.

2. Aumentar el sistema inmunológico

La terapia con perros también puede ser útil para reducir la presión arterial, aumentar el funcionamiento del sistema endocrino y cardiovascular y mejorar el sistema inmunológico.

3. Mejorar el buen humor y facilitar las relaciones interpersonales

Los perros de terapia ayudan a las personas a sentirse a gusto, cómodas y esto permite que los sujetos que sufren, por ejemplo, de ansiedad y depresión mejoren, se sientan más felices y estén más predispuestos a conectarse y relacionarse con los demás.

¿Cómo es una terapia con perros?

Para que la terapia con perros sea beneficiosa para el paciente o pacientes, es necesario trabajar en centros terapéuticos y con profesionales especializados. En primer lugar hay que trabajar con un equipo que, por ejemplo, podría estar compuesto por: un adiestrador de perros, un médico, un veterinario, un etólogo, un sanitario y un fisioterapeuta.

Muy a menudo, la terapia asistida con perros se utiliza para apoyar terapias para niños que padecen autismo, también conocido como Trastornos del Espectro Autista, porque permite socializar y romper el hielo entre el pequeño paciente y el médico. En este caso, el perro actúa como mediador y estimula los procesos de identificación a través de los cuales el niño proyecta características de sí mismo sobre el animal. Además, el contacto entre el pequeño paciente y el perro también favorece la comunicación no verbal, donde el niño se sentirá más a gusto.

La terapia con animales se lleva a cabo en entornos terapéuticos con profesionales altamente cualificados y los beneficios para los pacientes pueden variar. No existen contraindicaciones particulares excepto para los pacientes que padecen enfermedades inmunosupresoras, ya que los animales pueden ser vectores de enfermedades. Cualquier perro utilizado en terapia animal debe cumplir con ciertos requisitos de salud y comportamiento.