Los diferentes tipos de risa que existen y su significado

Con varios beneficios tanto para la salud física como para el bienestar psicológico, la risa es también una poderosa herramienta para el desarrollo personal y para fortalecer las relaciones interpersonales. Los que ríen constantemente disfrutan de los impactos positivos en el control de la presión arterial, la reducción de los niveles de estrés y la mejora de la autoestima, entre otros aspectos. Además de contribuir para una sensación de bienestar y armonía, también es una gran aliada para combatir los síntomas de trastornos como la depresión, la ansiedad, entre otros.

Tipos de risa

Hay tantas formas de reírse que es difícil enumerarlas, incluso, hay estudios que citan hasta 180 tipos de risas. Existen varios modos de reírse y cada uno de ellos se diferencia por el tipo de estímulo recibido o por su finalidad. Con base a esto, hay también algunos tipos de risa que no son del todo positivos y que pueden causar un impacto negativo, tanto para la persona que reí como para quien se está dirigiendo la risa.

¿Cómo se puede caracterizar y qué impacto tiene cada forma de risa? A continuación, explicamos los tipos de risas más comunes, sus significados explícitos e implícitos y sus impactos.

1. La risa franca o genuina

Es el tipo de risa que tenemos cuando escuchamos un chiste muy gracioso o cuando alguien cuenta un relato muy divertido. En este tipo de risa, es imposible que la persona se controle, riendo y reaccionando de forma totalmente genuina a lo que escucha. Es un excelente tipo de risa, con un alto impacto en la relajación y la liberación de la tensión acumulada, y siempre es muy buena para la salud.

2. La risa simulada

A diferencia de la risa espontánea, que nos sobreviene cuando menos lo esperamos, a veces la risa puede darse de forma simulada, con algún tipo de intención, sea positiva o negativa.  La risa intencionada puede tener como objetivo conseguir la integración en un grupo social, sentirse más cómodo en una conversación, crear vínculos o reforzar el sentimiento de pertenencia. En este caso, la risa tiene una finalidad social, reforzando la comunicación, la empatía y la aprobación, demostrando la afinidad de opiniones.

3. La risa malintencionada

Es un tipo de risa también simulada, siendo una risa falsa y burlona, que tiene un propósito negativo muy claro, que es el de reír de otra persona, buscando avergonzarla por algo que dijo o hizo. También es aquella risa utilizada irónicamente para ridiculizar a alguien o de forma conspiradora, incluso como forma de ataque. Es una risa basada en la envidia, que causa un daño que puede ser profundo y del que es difícil que la otra persona se recupere emocionalmente. Evite este tipo de risa fingida y negativa, ya que no aportará ningún beneficio positivo.

4. Risas de nervios

¿Quién no ha escuchado alguna vez la historia de alguien que se echó a reír justo en un momento de tensión o seriedad? ¿O cuando en medio de un evento serio esa risa insiste en querer salir y la persona no puede controlar? Muchas personas tienen este tipo de risa y es más común de lo que crees y es una reacción de nuestro organismo ante situaciones de estrés o nerviosismo, en las que no sabemos cómo actuar. 

5. Risas graciosas

¿Quién no tiene un conocido, amigo o familiar que siempre suelta esas risas contagiosas, incluso, risas con un sonido peculiar, que llenan de alegría a todos los que le rodean? Ante una risa así es difícil no reírse juntos, ¿verdad? Este tipo de risa es realmente muy expresiva y cautivadora.

Cuando reírse es patológico

Algunos tipos de trastornos y disfunciones neurológicas pueden provocar una risa involuntaria o incontrolada. En este tipo de risa, la persona no controla su reacción, es decir, la risa no tiene un motivo concreto o claro, y se produce sin razón aparente. Los ataques de risa incontrolables, inoportunos y sin motivo aparente también pueden ser síntomas de la epilepsia gelástica. 

¿Cómo reír más?

Aunque haya tipos de risa que tienen una finalidad negativa, aquellas que debemos evitar, el acto de reír cuando se emplea de forma positiva es una excelente medicina para el cuerpo y la mente. Pero, ¿qué hacer cuando reír no es algo tan natural?

En teoría, y normalmente, la acción de reír se hace de manera espontánea. Sin embargo, no todos tienen la facilidad de reírse o, según afrontan los obstáculos de la vida, no encuentran motivos que justifiquen emplear la risa como un elemento de la rutina diaria.

Hay varios tipos de técnicas que nos ayudan a desarrollar la capacidad de reír, ya sea de nosotros mismos o en compañía de otros. Una de estas poderosas herramientas es la risoterapia, que es una técnica aplicada por profesionales especializados que tienen como objetivo ayudar en el desarrollo cierto tipo de habilidades basadas en el autoconocimiento, entre otros aspectos. Con la ayuda de la risoterapia te será más fácil conseguir esa risa espontánea que tanto deseas para empezar bien el día y continuarlo de buen humor.

“Para tener una actitud positiva que nos permita reír es necesario romper con los pensamientos que nos limitan y abrir nuestra mente para dejar entrar cada día aire nuevo”.

Una gran idea para reírse más es dejarse llevar y no preocuparse por lo que digan los demás, sino actuar con más autenticidad. Es liberar la risa que está en algún lugar dentro de ti, sin miedo a ser juzgado. No tengas miedo de ser gracioso y contar chistes. Incluso sin la reacción esperada de los demás, no te rindas, porque no todo el mundo nace siendo cómico.

Lo importante es divertirse. Busca lo que te hace reír, ya sea una comedia o una película de humor, pero ejercita tu risa a diario mediante la estimulación. Otra opción es quedar más con esa persona que saca ese lado cómico en ti, que te hace reír a carcajadas y que hace cosas de risa a menudo.