¿Qué es un sociograma y para qué sirve? Claves para crear uno

Los sociogramas son muy utilizados en el ámbito empresarial, educacional y deportivo para conocer la afinidad entre los componentes de un grupo y entender la posición que estos ocupan de una forma general. En este sentido, es una herramienta eficaz para identificar quiénes son los líderes, quiénes destacan de forma positiva o negativa y las relaciones entre los integrantes del grupo.

¿Qué es un sociograma?

El sociograma en su definición es una técnica que representa gráficamente los diferentes grupos que forman parte del entorno de una persona, proporcionando información importante sobre estas relaciones sociales. Mediante métodos cuantitativos y cuestionarios, se ayuda a comprender los vínculos que se forman espontáneamente en el grupo, así como el papel que cada individuo representa en este grupo, o cómo es visto por los demás. Consiste en una herramienta para analizar los vínculos sociales, las influencias y las preferencias que se forman entre dos o más individuos y que, en conjunto, dan lugar a un grupo de interacciones sociales.

Esta técnica fue desarrollada en los años 30 por el psiquiatra Jacob Levy Moreno, creador del psicodrama y de la sociometría. Inicialmente, se utilizó en el ámbito educativo y laboral como herramienta de diagnóstico e investigación y, con el paso del tiempo, se extendió a otros ámbitos de aplicación. Sirve de apoyo en el análisis de las capacidades, de las interacciones sociales y del bienestar de un grupo como un todo y de cada uno de sus miembros.

¿Para qué sirve un sociograma?

Un sociograma sirve para analizar las relaciones sociales e interpersonales de los miembros de un grupo, que están vinculados por uno o varios lazos. La representación gráfica de estas relaciones permite visualizar qué subgrupos forman parte del grupo principal, quiénes son los individuos más influyentes y cómo la activación o interrupción de los vínculos entre las personas puede afectar a todo el grupo.

Es una técnica muy utilizada en el sistema educacional y escolar, porque permite entender las relaciones en un grupo de alumnos, los beneficios y repercusiones de estas interacciones e incluso cómo repercuten en el rendimiento de cada individuo. El sociograma también permite detectar quiénes son los niños reconocidos como líderes y quiénes son más aceptados, para posteriormente trabajar estos perfiles para que funcionen como referentes positivos en el grupo. 

También permite identificar si hay niños excluidos del grupo o con dificultades de socialización y si hay subgrupos que representan una influencia negativa para los demás. También en el contexto escolar, el sociograma es un recurso muy válido para entender el comportamiento del grupo, identificar el aislamiento de determinados alumnos, saber quién tiene menos apoyo social, quién está en riesgo de exclusión y detectar o prevenir el bullying.

La herramienta proporciona una radiografía social del grupo y permite detectar patrones negativos de comportamiento, fuentes de actitudes perjudiciales para el desarrollo del grupo y de los individuos, además de proporcionar información para proteger a los más vulnerables. En general, los sociogramas se utilizan para analizar la interacción entre los componentes de un grupo, el nivel de afinidad entre los miembros y los factores que conducen a este tipo de interacción.

Permiten identificar a los que son rechazados y a los que son valorados por los demás, con el objetivo de trabajar las habilidades sociales, mejorar la comunicación y potenciar la capacidad de liderazgo. También conocer a aquellos miembros que están aislados del grupo, es decir, aquellos que no son considerados ni como influencia positiva ni negativa, además de tener una visión de lo que ocurriría si se hicieran cambios en el grupo, como la inclusión o exclusión de determinados miembros.

En este sentido, el sociograma es una herramienta eficaz de pronóstico, ya que permite visualizar cuáles serían las dinámicas más adecuadas para conseguir resultados más positivos en el grupo y predecir o resolver conflictos.

¿Cómo hacer un sociograma?

Es esencial que un profesional especializado en sociograma desarrolle las preguntas, aplique el test sociométrico y analice las respuestas. Esto se debe a que la herramienta debe utilizarse de forma personalizada, según lo que se quiera identificar y el segmento que se esté analizando.

El sociograma se realiza a partir de un cuestionario que debe estar bien diseñado y con preguntas que respondan a las necesidades de cada área y a lo que se quiere identificar. Por ejemplo, en el ámbito corporativo, las preguntas cubrirían los aspectos intelectuales y afectivos. En la primera categoría, habría preguntas relacionadas con la productividad, y en la segunda, preguntas relacionadas con la afinidad. Algunos ejemplos de preguntas utilizadas en las pruebas sociométricas son:

• ¿A quién elegirías para realizar una determinada actividad?
• ¿A quién no elegirías nunca para realizar una determinada actividad?
• ¿Con quién le gusta trabajar en equipo?
• ¿Con quién no le gusta hacer equipo?

Cada pregunta debe responderse individualmente y es importante que las respuestas no se compartan entre los miembros del grupo para no interferir en la eficacia del test. Las preguntas pueden permitir una sola respuesta o varias, según la situación. Con el resultado de las preguntas de afinidad y rechazo, se podrían identificar, entre otros puntos, aquellos miembros del equipo que son vistos por el grupo como líderes y a los que confiarían la realización de un proyecto, así como aquellos que no están integrados al grupo y la razón.

Las respuestas se muestran en un gráfico en el que se visualizan fácilmente los miembros más votados, tanto en afinidad como en rechazo, y los miembros que están vinculados a estos integrantes. Existen diferentes formas de representar gráficamente los resultados del test sociométrico. Uno de los modelos más visuales es situar a los miembros con más menciones en el centro del gráfico y, a partir de ahí, relacionar a los miembros que realizaron las votaciones.

El cuestionario debe ser respondido por cada miembro del grupo, sin presión y sin interferencia de la persona que aplica el test sociométrico. También se recomienda que se aplique a grupos pequeños y no a un universo muy grande. Dependiendo del escenario, también puede ser necesario aplicar sociogramas secundarios derivados del primero, tanto para profundizar en una cuestión concreta como para identificar nuevos puntos de tensión, por ejemplo.