¿Por qué debemos cuidar nuestro niño/a interior? 5 Claves para sanarlo
¿Por qué es importante cuidar a nuestro niño/a interior? ¿Qué puede comportar no tener una buena relación con nuestro 'yo' del pasado? Descubre las claves para sanear estas heridas.
Nuestro niño/a interior implica nuestra fuente de alegría, habilidades y conocimientos que hemos aprendido a lo largo de nuestras etapas de crecimiento. Aun así, también implican heridas y traumas que se han experimentado durante los años. Pero, ¿por qué debemos cuidar nuestro niño interior?
¿Qué es nuestro niño/a interior?
El niño/a interior son nuestros recuerdos de la infancia y lo que nos hemos quedado de ellos. Es decir, algunas personas pueden estar más en contacto con ello y otras pueden estar más despreocupadas de sí mismas. Por lo tanto, las personas que están más en contacto con su niño interior pueden tender a exhibir y actuar de una manera más infantil o, por lo contrario, quienes tienen esa parte de ellos/as herida pueden tender a exhibir reacciones emocionales intensas e incluso extremas a menudo desencadenadas por recuerdos de su pasado.
¿Por qué es importante sanar nuestro niño/a interior?
Las personas pueden estar influenciadas por sus recuerdos difíciles de la infancia y acabar que esto perjudique su vida adulta. De hecho, el dolor experimentado en la infancia a menudo resurge más tarde en la vida a través de dificultades en las relaciones, en la autoestima, entre otros aspectos. Teniendo esto en cuenta, sanar nuestro niño/a interior puede sernos útil para abordar los siguientes problemas:
- Trauma transgeneracional: Los niños pueden continuar adoptando cierto comportamiento inadaptado debido a cómo les han criado sus padres, es decir, aprendiendo algunas actitudes que quizá son debidas a algún trauma o inseguridad por parte de sus cuidadores. A través de sanar nuestro niño/a interior, podemos analizar estas problemáticas y sobre todo, afrontar este trauma transgeneracional.
- Problemas de apego: Cuando tenemos un estilo de apego inseguro, es debido a que durante nuestra infancia hemos sido cuidados de una manera en la que no se cubrían nuestras necesidades emocionales. Esto provoca que en nuestra edad adulta nos comportemos de maneras que nos perjudican. Al trabajar nuestro niño/a interior, podemos abordar estas dificultades.
- Exceso de perfeccionismo: El perfeccionismo puede provenir del deseo de mantener feliz a nuestros cuidadores o el intento de recibir elogios de nuestros padres durante la infancia. Por lo que durante la edad adulta podemos ser excesivamente perfeccionistas debido a ello.
- Baja autoestima: Si durante nuestra infancia no hemos desarrollado una buena autoestima, es probable que en la etapa adulta no nos sintamos del todo bien con nosotros/as mismos/as. Al sanar nuestro niño/a interior podemos afrontar estos sentimientos.
¿Qué podemos hacer para sanar a nuestro niño/a interior?
Para empezar a trabajar en nuestro/a niño/a interior, es muy importante que primero comprendas que este trabajo te llevará tiempo. Es decir, no existe una solución rápida o mágica para aliviar los dolores del trauma o la angustia infantil. Aun así, podemos enfocarnos en trabajar los siguientes aspectos:
- Reconoce y acepta tu niño/a interior: Intenta reconocer los problemas y dificultades que tuviste en la infancia y el impacto que pueden haber causado en ti. Reconocer a nuestro niño/a interior es el primer paso para empezar a sanar.
- Escucha a tu niño/a interior: Nuestro niño/a interior nos puede hablar. Esto puede suceder en ciertas situaciones adultas que nos hacen daño debido a nuestras experiencias en el pasado. Ante estos sentimientos, es importante que analices de dónde proceden y cómo te está afectando.
- Practica la meditación: Meditar puede ayudarnos a hacernos más conscientes de nuestros sentimientos, pensamientos y emociones. Por lo tanto, esta práctica realizada de manera regular puede sernos muy útil para afrontar los problemas causados por nuestro niño/a interior.
- Lleva un diario: Escribir un diario se trata de una técnica terapéutica que te permitirá aclarar tus pensamientos y sentimientos. Al tener una mayor conciencia de ellos, esto te ayudará a modificar aquellas habilidades de afrontamiento más desadaptativas y establecer nuevas metas en tu vida.
- Cuida a tu niño/a interior: Cuidar de nuestro niño/a interior implica mimarnos a nosotros/as mismos/as. Esto puede tomar la forma de intentar disfrutar de nuestras comidas favoritas, buscar más diversión, o simplemente dedicarnos más tiempo a nosotros/as mismos/as.
Cuando no se satisfacen las necesidades físicas, emocionales o espirituales durante la niñez, es muy probable que estos traumas acaben influenciando en nuestra vida adulta. Aun así, debes tener en cuenta que tienes las herramientas necesarias para poder afrontar estas heridas y sanar tu niño/a interior.
